viernes, 21 de mayo de 2010

EL EFEBO DE CRITIO


COMENTARIO A LA OBRA ESCULTÓRICA DEL EFEBO DE CRITIO
Soporte: Escultura
Material: Mármol, 82 cm. Altura
Ubicado: Museo de la Acrópolis de Atenas
Fechado en: 490-480 a. C.
Autor: Critias

REFERENCIA HISTÓRICA
El triunfo de los griegos sobre los persas en la llanura de Maratón (490 a. C.) y la ulterior victoria capitaneada por los atenienses contra la flota de Jerjes en la bahía de Salamina (480 a. C.) constituyen dos hitos memorables en la historia de la antigua Grecia. Se comprendió el alcance de la responsabilidad humana y la trascendencia de la intervención divina. Las Guerras Médicas afianzan los sistemas políticos de las ciudades combatientes, especialmente la democracia de Atenas, que se erige en guía y modelo de Grecia, en cabeza de una coalición de estados conocida como la Liga Delia.
El arte del siglo V a.C. está marcado por el recuerdo de las Guerras Médicas. Los persas saquearon la Acrópolis de Atenas en el 480 a. C. Destrozaron sus templos y esculturas, que quedan enterradas en suelo sagrado. En el campo de batalla de Platea (479 a. C.) los vencedores pudieron jurar no reconstruir los monumentos destruidos. Las ruinas serian testimonio y advertencia para una vigilancia permanente ante el persa.

UN NUEVO ESTILO
Un nuevo sentido religioso surgirá ahora de la representación figurada. Las viejas fórmulas arcaicas, que destacaban el brillo y superficie exterior de las cosas, se irán abandonando a favor de la interioridad humana. Despuntan la conciencia y responsabilidad del hombre, que nos enseñará la tragedia. Son los años del llamado estilo severo, que antecede al primer clasicismo. En el campo de la pintura y escultura, la nueva visión estética coincide con la desaparición del modelo arcaico, con la nueva integración de los personajes en el espacio y la representación de las estructuras de la boca y de los ojos en la natural profundidad de la cara. La nueva concepción heroica de la vida, el realismo del movimiento intelectual y el ideal atlético dominan el arte del periodo.

EL AFIANZAMIENTO DE LOS TIPOS ESCULTÓRICOS
Se proliferan las esculturas, los kore o muchachas y el tipo masculino desnudo, con la pierna adelantada y los brazos pegados al cuerpo con los puños cerrados, los llamados kouros, muchacho. La monumentalidad del tipo, su concepción cúbica y estrictamente frontal apuntan a influjos egipcios que los griegos han podido conocer en los años de intensos contactos con la tierra del Nilo. Pero hay diferencias fundamentales. Los prototipos egipcios visten faldellín corto y les retiene al suelo un pilar dorsal. Los kouri, liberados de ataduras, avanzan. Frente al pretendido naturalismo egipcio, los kouroi griegos filtran los rasgos anatómicos de la musculatura a través del concepto geométrico de la ornamentación: el trapecio resaltado de las rótulas, los límites de la caja torácica con las costillas incisas, la doble voluta de las orejas, o la masa de los largos cabellos tallados rizo a rizo, como una joya. Con el tiempo, los kouroi perderán grandiosidad y se acercarán paulatinamente al hombre bellos. Así, en torno al 480 a. C., en el efebo de Critios, atribuido precisamente a este famoso escultor, se consumaba una de las más grandes conquistas de la escultura y unos de los hitos de la historia del arte: la figura humana dejaba de apoyarse en el suelo con ambos pies para flexionar ligeramente una rodilla y, descargando el peso de la pierna contraria, levantar tímidamente un pie. Este insignificante movimiento provocará, sin embargo, una innumerable serie de tensiones y relajaciones en cadena en las diversas partes de la anatomía. La larga cabellera deja aquí paso a la moda del peinado corto, más práctica para un atleta. Y la sonrisa arcaica, expresión de vida, es ahora seriedad: se inicia la búsqueda de la interioridad humana. El efebo de Critio anuncia ya los albores de lo clásico. Ha perdido la frontalidad: la cabeza gira levemente. El cuerpo, apoyado sobre la pierna izquierda, se balancea en un inicio de autodominio y libertad.


LOS MOTIVOS DE SU UTILIZACIÓN
Como la kore también el kouros posee un sentido genérico y ambiguo. Su función es múltiple. Ellas y ellos son muchachas y muchachos en la flor de la vida, la efebía. Resultan, pues, imágenes adecuadas para representar a un dios –por ejemplo, a Atenea o a Apolo- y pueden ser ofrenda agradable a la divinidad. Son también imágenes adecuadas para una tumba. Representan al joven difunto en su plenitud vital (la muerte se concibe desde la paradoja de su opuesto, la generación juvenil de la vida) O es, genéricamente, símbolo identificatorio, de clase: el héroe fundador, sobrehumano, de un linaje aristocrático, de una poderosa gens o dinastía familiar. Las tensiones sociales de la ciudad griega limitarán este uso funerario en las últimas décadas del siglo VI. La instauración de la democracia conlleva su decadencia.

EL AUTOR
Critias (450-403 a. C.), político y escultor ateniense, fue uno de los Treinta Tiranos de Atenas. Su filoespartismo le sirvió para participar en el gobierno impuesto en Atenas, tras la Guerra del Peloponeso, por Esparta, Platón nos lo presente como miembro del círculo de Sócrates, donde pudo desarrollar su política antidemocrática. Maestro que crea escuela. Él mismo firmó seis bases, una de las cuales sostenía la estatua de Epicarinos, tipo de atleta victorioso en la carrera armada. Critias ejecuta uno de los grupos más famosos de Atenas, el de los Tiranicidas Harmodio y Aristogitón, hoy conocido por las copias en mármol de Nápoles, Roma y Nueva York, y por sus reproducciones. Murió luchando contra Trasíbulo.

EL MATERIAL
Los antiguos griegos obtenían el mármol de las canteras de las islas de Paros y Naxos, así como del Pentélico del Ática. Aunque el más apreciado era el mármol blanco de Thassos.
El es por antonomasia el material de la escultura desde la antigüedad clásica. Aunque los hay de diversas especies, el color blanco es el más apreciado. Los grandes escultores han procurado elegir personalmente los bloques, pues cualquier tara que posean afectará a la escultura. Su dureza hace que toleremos golpes del cincel sin que se produzcan fisuras falsas y que la talla resplandezca con autenticidad, porque es imposible ocultar los defectos. El mármol somete a examen la capacidad creativa del escultor. Es materia con la que se puede lograr casi todo. Las obras escultóricas de la antigüedad que mejor podemos saborear están realizadas en este material.

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